Pelotamano de Lanzarote
Los Juegos y deportes tradicionales canarios engloban las diferentes modalidades deportivas practicadas en Canarias (España), en su mayoría de origen rural, que se han ido transformando en actividades lúdicas, en algunos casos para evitar su desaparición y en otros, por simple competencia entre diferentes personas.
La pelotamano es un deporte del que se tienen noticias desde 1616 en Teguise, Lanzarote.
Es un juego deportivo tradicional de cooperación-oposición practicado actualmente en la isla de Lanzarote, donde ha conservado las antiguas formas de los juegos de pelota, y del que se tienen referencias en otras islas como Fuerteventura, La Palma y Gran Canaria.
En esta actividad participan dos equipos de cinco jugadores cada uno, aunque, de forma menos habitual, pueden estar constituidos por 4 o 6 jugadores, y en un espacio de tierra que tiene unas dimensiones de 8-9 pasos de ancho y 60-70 pasos de largo.
Sólo se marcan las líneas laterales y, en sus extremos, se colocan unas piedras pequeñas denominadas “cabos de bote”.
En la zona media, 30-35 pasos, se señala una línea que es la denominada “raya de faltas”.
En la raya de faltas se coloca una piedra que sirve de referencia al jugador que realiza el saque y es donde se lleva la cuenta del tanteo.
Una particularidad en el uso del espacio es que sólo en el momento del saque están obligados los jugadores a situarse detrás de la raya de faltas; a partir de ese momento el espacio pasa a ser común y de uso compartido por los dos equipos.
El juego consiste, a grandes rasgos, en intentar devolver una pelota maciza de cuero, de pequeño tamaño y escaso bote, que es lanzada por el equipo contrario, antes de que dé dos botes en el suelo, golpeándola con la palma de la mano o, en su caso, en pararla con la mano o el pie para que no siga su curso.
Un elemento característico del juego es el ”bote”, especie de banqueta o atril que consta de una parte fija con un eje vertical y, en la parte superior de este eje, va colocada una loseta de barro cuya inclinación puede ser regulada a voluntad.
Sobre esta loseta se lanza la pelota como fase inicial del saque con la misma mano con la que será puesta en juego.
El bote se coloca en la dirección contraria a la del viento.
Un equipo gana la raya si consigue detener la pelota o que salga del campo por un lateral, previo bote dentro de él, por delante (respecto a su posición en el campo) de la raya, es decir, gana la raya aquel equipo que tenga la raya entre él y la pelota.
Algunas particularidades de este juego son que no existe la figura del árbitro, los propios jugadores resuelven los posibles conflictos y llevan la cuenta de los tantos; que no existe un tiempo límite de juego, sino que éste continúa mientras haya luz solar.
Actualmente, el juego de pelotamano está próximo a su desaparición como práctica habitual ya que el número de jugadores no supera la veintena y los ancianos que lo practicaron es su época de apogeo son sólo 3 o 4 de ellos.
Una particularidad en el uso del espacio es que sólo en el momento del saque están obligados los jugadores a situarse detrás de la raya de faltas; a partir de ese momento el espacio pasa a ser común y de uso compartido por los dos equipos.
El juego consiste, a grandes rasgos, en intentar devolver una pelota maciza de cuero, de pequeño tamaño y escaso bote, que es lanzada por el equipo contrario, antes de que dé dos botes en el suelo, golpeándola con la palma de la mano o, en su caso, en pararla con la mano o el pie para que no siga su curso.
Un elemento característico del juego es el ”bote”, especie de banqueta o atril que consta de una parte fija con un eje vertical y, en la parte superior de este eje, va colocada una loseta de barro cuya inclinación puede ser regulada a voluntad.
Sobre esta loseta se lanza la pelota como fase inicial del saque con la misma mano con la que será puesta en juego.
El bote se coloca en la dirección contraria a la del viento.
Un equipo gana la raya si consigue detener la pelota o que salga del campo por un lateral, previo bote dentro de él, por delante (respecto a su posición en el campo) de la raya, es decir, gana la raya aquel equipo que tenga la raya entre él y la pelota.
Algunas particularidades de este juego son que no existe la figura del árbitro, los propios jugadores resuelven los posibles conflictos y llevan la cuenta de los tantos; que no existe un tiempo límite de juego, sino que éste continúa mientras haya luz solar.
Actualmente, el juego de pelotamano está próximo a su desaparición como práctica habitual ya que el número de jugadores no supera la veintena y los ancianos que lo practicaron es su época de apogeo son sólo 3 o 4 de ellos.
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